lunes, 19 de marzo de 2012

Pústulas, úlceras y otras patologías.

Dicen, decían que uno de los sentimientos frecuentes ante el suicidio de un ser amado es la vergüenza.
Como un estigma.
Esto se acentúa cuando la sobreviviente es la madre.
-Seguro que algo no hice bien.( debo decirte que en verdad, esto lo dijo tu padre, culpable veinte años después por el divorcio; por más que le repito que lo perdono, que ya no siento bronca, ni resignación ni nada con los eventos grotescos del divorcio, él sigue aferrado a eso, pero me parece que es por como se separó de la madre de su cuarta hija).
Volviendo al tema del estigma, cuando por una fracción de segundos, espiando por la ventana de tu habitación te ví colgada, y primero pensé que era una broma, pero cuando ví las livideces de las piernas tomé brutal conciencia de tu muerte,empecé a gritar. y seguí gritando: -se ahorcó,Mercedes se ahorcó; llamé a gente impensable, esos contactos que uno tiene en el celular.
Los telefonistas del Same después de tantas llamadas que habíamos hecho, tampoco lo creían, escucho la voz de tu hermana diciendo:- está muerta, sí, muerta.Esta vez se mató.
No te quise ver.
Para imagen traumática es suficiente lo que ví en esa fracción de segundo en que corrí la cortina, mi hermosa hija, muerta, con esa horrible expresión en el rostro. Menos mal que estaba oscuro y no distinguí la coloración del cuerpo.
Y después de horas te descuelgan y cuando paso por la puerta, ver tu cuerpo cubierto piadosamente en el suelo.
Y, en ese momento llega la policía de la comisaría de la mujer para obligarte a tener una entrevista psiquiátrica compulsiva.Hubieran llegado un día antes y hoy estarías medicada, y viva.O no.
Nunca lo sabré.
Dolor, bronca, pena, amor, melancolía,sentir que otra vez me cayó el piano en la cabeza,
pero estigma, no sé, tal vez cuando pasen los días aparezca.
Todavía es muy pronto.
Te quiere
Tu mamá.

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